¿Cuál es el papel que juegan los medios en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres?
Hoy, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, fecha fijada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para denunciar la violencia ejercida sobre las mujeres y reclamar políticas internacionales para su erradicación.
A día de hoy, el número de mujeres víctimas mortales de violencia de género en España según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género asciende a 38. Siendo un total de 1.171 mujeres las que han sido asesinadas desde 2003, año en el que comenzaron los registros de las víctimas. ¿Pero, qué se entiende por violencia de género? Aunque seguramente la mayoría no tenga problema en explicarlo, existe una definición exacta del concepto de acuerdo con la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Se entiende por violencia de género: “la manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, que se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”, y “comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad”.
¿Qué papel tienen los medios de comunicación en el tratamiento de la violencia de género?
Los medios de comunicación juegan un papel clave en la lucha contra la violencia de género, ya que son capaces de moldear percepciones e ideas sobre un tema según la relevancia o el tratamiento que hacen sobre este. Por ello, es importante que asuman el compromiso y la responsabilidad tanto en el correcto tratamiento de la noticia, como a la hora de transmitir conocimientos que permitan a la sociedad comprender la magnitud del problema y sensibilizar a la ciudadanía para acabar con absurdos estereotipos y prejuicios contra la mujer que, consciente o inconscientemente, en muchas ocasiones la culpabilizan de su propia agresión.
Muchos expertos consideran que el asesinato de Ana Orantes en diciembre de 1977 marcó un antes y un después en este compromiso de los medios, pues fue la primera vez que una mujer denunciaba públicamente, en un plató de televisión, los malos tratos sufridos por su marido durante 40 años, despertando la conciencia social hasta ese momento aletargada. Lo hizo 13 días antes de ser asesinada por su marido.
Estas declaraciones cambiaron la narrativa sobre la violencia de género, abriendo el horizonte a que los medios comenzaran a dar más cobertura a estos casos que tiempo atrás solo aparecían de vez en cuando en forma de suceso catalogado como “crimen pasional”, y sirviendo de impulso para la aprobación del I Plan de Acción contra la Violencia Doméstica, así como la Ley Integral contra la Violencia de Género en 2004.
¿Cómo informar sobre la violencia machista?
Para informar sobre violencia machista, en la página web del Ministerio de Igualdad se pueden encontrar recursos destinados al ámbito publicitario y a los medios de comunicación, como el manual para el tratamiento informativo de la violencia de género, que sirven de ayuda para aprender a manejar este tipo de informaciones.
Algunas recomendaciones para los medios de comunicación a la hora de cubrir este tipo de casos de forma ética y asumiendo un rol como comunicadores son:
1. Evitar el uso de conceptos erróneos como: “crimen pasional”, “riña o disputa matrimonial”, “bajos instintos”, “crímenes por amor u honor” y “por cuestiones de celos”. Todos estos términos tienden a justificar o atenuar el delito.
2. No mostrar falta de empatía a la hora de cubrir estos hechos: publicar información sensible de forma correcta para no afectar a la víctima y a su familia. No se las debe presentar como responsables de su propio abuso, ni destacarlas más por su aspecto físico.
3. No caer en la justificación del agresor: no incurrir en atenuantes como un prontuario limpio o su labor en la comunidad. No justificarlo con patologías (“era celópata”) ni adicciones (alcoholismo, drogadicción).
4. Morbo y sensacionalismo: hay frases que magnifican los detalles del hecho de violencia, dejando de lado lo condenable de la situación y la intimidad de la víctima. Se trata de titulares escandalosos, frívolos o discriminatorios. Hay que evitar el uso de adjetivos innecesarios y la sobreexposición de imágenes de la víctima.
5. Falta de contextualización de la noticia: la noticia debe aportar una serie de datos útiles que ayuden a las víctimas y muestren lo intolerable de la agresión.
6. Discriminación por etnia, religión, condición social, sexualidad o nacionalidad: destacar detalles como su país de procedencia, profesión o segmento social por sobre lo ocurrido es volver a revictimizar a quienes han padecido estos hechos y a su entorno.
Los medios de comunicación deben ser un instrumento para concienciar a la sociedad de que la violencia de género es un problema social en el que todos somos partícipes, y convertirse así en difusores de mecanismos que ayuden a erradicar esta lacra.