Hace meses, quizás ya un año, que en EccoFreight hemos estado diseñando el contenido de un proyecto que lanzamos este mes de Junio: EccoNetwork, la primera red internacional de forwarders unidos por la sostenibilidad en el transporte internacional de mercancías.
La verdad es que ha sido un proceso creativo gratificante e ilusionante: vamos a unir a todas las empresas del sector que son conscientes de la contaminación que genera nuestra actividad y que quieren trabajar para la reducción de ese impacto a través de la tecnología y la estrategia.
Es un gran proyecto que imagino, aunque ya les iremos contando, caminará lento. Es difícil convencer a los que ensuciamos mucho de que no se trata de dejar de transportar, sino de hacerlo mejor aprovechando la tecnología que hoy en día ya tenemos. No sólo hablo de medios de transportes, hablo también de análisis estratégicos de toda índole que se pueden hacer para elegir un medio de transporte sobre otro: acortar rutas, agrupar cargas, priorizar empresas de transporte que sean más eficientes, etc.
En definitiva, muchas alternativas que tenemos a nuestro alcance y que no suponen “navegar en un barco de vela” o esperar a que podamos usar solo energías alternativas. En el momento en el que esas alternativas sean reales es obvio que las utilizaremos, pero mientras se materializan necesitamos actuar.
Estamos muy ilusionados con EccoNetwork, tanto que seguramente aún no somos plenamente conscientes de la responsabilidad que conlleva desarrollar un proyecto tan ambicioso.
Personalmente estos últimos 8 años he estado trabajando por la sostenibilidad en el transporte. Una vez comprobada y contrastada la imposibilidad de cumplir estrictamente con el concepto, he llegado a la conclusión de que la palabra “sostenibilidad” no se ajusta exactamente a todo lo que queremos hacer, y en cierto modo resulta un poco frustrante porque compruebas que no todas las actividades se pueden adaptar a la estricta realidad del significado, y que ceñirte al concepto te puede llevar a desistir por esa imposibilidad que antes comentaba.
Este reto, lejos de desanimarnos, nos ha reforzado la idea de que trabajar por la sostenibilidad, aunque sea en la base, empieza por un sencillo acto de conciencia medioambiental, tras lo que viene un propósito de hacerlo mejor. Puede que este objetivo no sea perfecto, pero sin duda mejora lo existente, lo que se traduce en mayor creatividad e innovación a la hora de buscar alternativas reales para reducir emisiones o crear conciencia de nuestro impacto en el planeta.
Es obvio que hoy en día es inviable transportar 10.000 contenedores de un continente a otro en buques 100×100 sostenibles, y remarco hoy en día porque, aunque no sabemos exactamente el número de barcos impulsados por gas natural que hay en la flota mundial, sin duda son insuficientes para el nivel de comercio internacional. Pero, aunque no sea a través de soluciones totalmente neutras en carbono, ya se están llevando a cabo otras acciones: barcos más grandes y modernos (y por lo tanto más eficientes), o reducción del azufre en los combustibles. Podríamos hablar incluso de potenciar rutas directas y agrupar mercancía, y lo mismo en otros medios de transporte: priorizar el ferrocarril sobre otros medios, eliminar trayectos alternativos por camión, etc. Muchas acciones que no son la total demonización del transporte y supresión del mismo.
Nuestra idea es generar esa conciencia a través de una nueva comunidad de transportistas unidos por la sostenibilidad y en todo el mundo que extiendan la cultura del cuidado y la atención a las pequeñas acciones que se convierten en grandes por la gran reducción de impacto medioambiental que tienen. Estas pequeñas acciones son sin duda las que traerán el cambio: son el motor que nos lleva hacia la verdadera sostenibilidad.
Y mientras esperamos a que la tecnología consiga que el transporte de mercancías sea cero emisiones, nosotros seguiremos avanzando.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.