En los últimos años, hemos sido testigos de una transformación profunda en la forma en que las empresas y los inversores abordan la responsabilidad social, la sostenibilidad ambiental y la gobernanza corporativa. Si bien existían ciertas dudas sobre si estos principios realmente impactan en los objetivos empresariales, la realidad es que su gestión adecuada tiene múltiples beneficios que van más allá de los aspectos meramente económicos, afectando positivamente la imagen de la empresa y, en última instancia, a los accionistas.
Gestionar el conjunto de riesgos y políticas relacionados con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) no es un concepto estático, sino una tarea crucial para lograr un valor sostenible a largo plazo. La intervención de reguladores, supervisores y agentes políticos y económicos es necesaria para abordar estos desafíos de manera ordenada y con un impacto significativo en todos los retos que plantea.
El impulso regulatorio y político es una palanca que motiva a la transformación, pero cada empresa, sus directivos y su consejo de administración deben mirar más allá de los beneficios a corto plazo y buscar la creación de valor sostenible a largo plazo, considerando a todas las partes interesadas, incluyendo las relacionadas con las cuestiones ASG. Este enfoque cuidadoso es esencial para alcanzar estos objetivos.
La Evolución de la Gestión Empresarial
Históricamente, la maximización de los beneficios de los accionistas fue la tesis dominante en el pensamiento empresarial. Sin embargo, luego de las múltiples crisis de la década pasada, sirvieron de lección para corregir los errores y peligros de adherirse estrictamente a esta teoría. La recesión económica global demostró que centrarse exclusivamente en la maximización a corto plazo del valor para los accionistas va en detrimento del crecimiento sostenible y la innovación, marcando el inicio del declive de esta teoría.
Cada elemento de la gestión del ASG es independiente y representa un conjunto diferente de cuestiones importantes que las empresas deben equilibrar cuidadosamente para garantizar su viabilidad y éxito a largo plazo. La creciente preocupación por estos asuntos ha coincidido con una mayor atención a las cuestiones relacionadas con las personas y el trato a los empleados en el lugar de trabajo.
También la pandemia del COVID-19 motivó un mayor enfoque en el trato de los empleados en el lugar de trabajo. El compromiso generalizado para abordar la discriminación y la injusticia sistemática, la diversificación de los consejos de administración y la lucha contra la degradación del ambiente y el cambio climático son tendencias notables.
En definitiva, el objetivo de una empresa es llevar a cabo una actividad de negocio ética y responsable, rentable y sostenible para garantizar su éxito y aumentar su valor a largo plazo. Para lograrlo, es esencial tener en cuenta a todas las partes interesadas y comprometerse regularmente con los accionistas en la consecución de este propósito.
En Celepsa, empresa de generación de energía carbono neutral, entendemos la importancia de gestionar adecuadamente los criterios ASG. De cara a nuestros colaboradores, velamos por promover ambientes seguros de trabajos que salvaguarden la integridad de todas las personas que laboran ahí, así como de fomentar trabajos con significados alineados con nuestro propósito. También, colaboramos con proveedores clave para incorporar y comprender estos indicadores, lo que fortalece la cadena de suministro sostenible y promueve su desarrollo. Además, trabajamos en el territorio donde operamos para promover proyectos de infraestructura que mejoren la calidad de vida de las personas, como la siembra y cosecha de agua en la cabecera del río Cañete que fomentan la disponibilidad de agua, beneficiando a la agricultura local y el turismo. También seguimos avanzando en proyectos productivos que incluyen el mejoramiento genético ganadero, así como la incorporación del cultivo de quinua y papa.
La gestión eficaz de los principios ASG es esencial en el esfuerzo por promover un éxito sostenible y el crecimiento del valor a largo plazo. La Revolución ASG no es una moda pasajera, sino un cambio profundo en la forma en que las empresas operan y prosperan. Reivindica un propósito corporativo más allá de la maximización de los beneficios a corto plazo y busca un valor sostenible a largo plazo para todas las partes interesadas.
Esta revolución no solo es necesaria, sino que es esencial para abordar los desafíos ambientales, sociales y de gobernanza que enfrentamos a nivel global. Al adoptar y promover los principios ASG, no solo garantizamos nuestro propio éxito, sino que también contribuimos a un mundo más sostenible y equitativo para las generaciones futuras. La gestión eficaz de los criterios ASG es esencial para promover la creación de valor sostenible en el mundo empresarial.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Revolución ASG.