La economía circular, es un tema que ha ganado gran relevancia en los últimos años, al punto que, son pocos los países que no la incluyen dentro de sus modelos de desarrollo. En nuestro país está cada vez más presente como tema de debate y desde el Gobierno se vienen implementando iniciativas destinadas a fomentarla con el objetivo de tener una industria manufacturera moderna, eficiente y eco amigable, y que a la vez genere un nuevo valor para los residuos en el marco de la sostenibilidad.
En la última década, hemos observado un creciente interés de todos los actores de la economía global en el modelo de la economía circular, la cual se presenta como una alternativa al modelo económico lineal; modelo que a diferencia de la economía circular está basado en la extracción, producción y eliminación de recursos. Este modelo ha predominado en nuestra economía hasta ahora, pero actualmente las empresas y el gobierno han reconocido los impactos negativos y las limitaciones que esta conlleva.
Dentro de estos los impactos están; la dependencia como fuente primaria de los recursos naturales, el aumento constante en la generación de residuos y la contaminación ambiental, problemas que amenazan el bienestar de la sociedad y también afectan la rentabilidad y la continuidad de las empresas.
La economía circular puede definirse como un sistema económico que busca cambiar el enfoque de que ciertos insumos sean “consumibles”; es decir, se fundan o extingan en el proceso y en su lugar, se centra en la reducción, reciclaje, recuperación y reutilización de materiales en todas las etapas de producción, distribución y consumo. El objetivo principal es que podamos lograr un desarrollo sostenible que promueva la calidad ambiental, el crecimiento económico, la prosperidad y la equidad social para las generaciones actuales sin afectar a las futuras.
Si realizamos un análisis a nivel mundial, basta con revisar lo acontecido entre 2018 y 2022, periodo en que el Banco Europeo de Inversiones contribuyó con más de 3.4 billones de euros en proyectos de economía circular, demostrando el impacto significativo que tienen hoy internacionalmente. Esta contribución, se refleja en el ecosistema institucional y la cooperación internacional donde se tienen mayores proyectos de iniciativas financiadas, colaboraciones y alianzas que cuentan con nuestra participación, como es el caso de la Coalición de Economía Circular en América Latina y el Caribe, y de otros como el Plan de Acción de Economía Circular Europeo y la Alianza Africana de Economía Circular, evidencia de que a nivel mundial el tema continúa tomando mayor relevancia. (Laurent, 2023)
En el mundo y principalmente en Europa, hay claras señales que, con la finalidad de alcanzar metas de economía circular, la Unión Europea (UE) a través del Pacto Verde Europeo empezó a definir políticas públicas que son implementadas por cada país de acuerdo a su soberanía y políticas internas. Como gobierno podríamos tomar la iniciativa de tener un pacto verde, pues nuestra visión y objetivo a plazo definido debe ser tener una industria sostenible y circular.
Por su parte, en América Latina y el Caribe, se están implementando medidas destinadas a fomentar la economía circular, reconocida como un modelo de desarrollo alternativo y apropiado para la era post-Covid19; así como, una herramienta fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una de las iniciativas por mencionar es la denominada “Coalición de economía circular para América Latina y el Caribe”, alianza que cuenta con nuestro liderazgo y el de países como Colombia, Costa Rica y República Dominicana, que tiene por función identificar las prioridades nacionales con la finalidad de acelerar el cambio hacia una economía circular en las regiones y también proporcionar una plataforma que ayude a fomentar y fortalecer la cooperación interministerial, multisectorial y multiactor.
Es importante mencionar que, varios países ya han comenzado la transición hacia este nuevo sistema incluyendo el nuestro a través de instituciones como el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de Producción quienes vienen trabajando con mayor énfasis en el camino hacia la economía circular. Precisamente, en este camino se han adoptado enfoques variados, identificando fortalezas y oportunidades, e integrado los principios de la economía circular en las políticas nacionales como la Política Nacional de Competitividad y Productividad aprobada mediante Decreto Supremo N° 345-2018-EF que presenta como uno de sus objetivos prioritarios promover la economía circular en las actividades económicas y estrategias empresariales. Es evidente que, esta transición es una realidad que ha ganado impulso en los últimos años; no obstante, todavía queda un extenso camino por recorrer en términos de construcción colaborativa para avanzar hacia un modelo que sea regenerativo y resistente en toda la región.
Desde una perspectiva normativa, el Gobierno peruano, mediante Decreto Legislativo N° 1278, conocido como la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos (2016), promueve activamente el principio de la economía circular. Esta promoción se basa en el reconocimiento de que la creación de valor no debe limitarse al consumo final de recursos, sino que debe abarcar todo el ciclo de vida de los bienes. A fin de hacer efectiva la propuesta, se viene trabajando en base a cuatro líneas de acción.
Además, el país cuenta con una hoja de ruta hacia la economía circular en el sector industria aprobado mediante Decreto Supremo N° 003-2020-PRODUCE que aborda los enfoques de producción industrial sostenible y consumo sostenible. Las acciones que comprenden la hoja de ruta principalmente son la gestión de información, capacidades, incentivos e innovación, pero aún está el desafío de mejorar e incluir el concepto de visión para seguir promoviendo la economía circular.
La transición hacia una economía circular requerirá una amplia variedad de metales, en ese sentido, la industria minera jugará un papel importante en la economía de varios países de América Latina y el Caribe, destacándose especialmente el Perú por nuestros niveles de producción y exportación minera. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el sector minero aborda conflictos sociales y ambientales que restringen el acceso a los yacimientos mineros. Por ello, las empresas deben adaptarse rápidamente a nuevas tendencias de sostenibilidad y generar beneficios en términos sociales, económicos y ambientales.
No cabe duda que, la economía circular tiene la capacidad de superar los paradigmas actuales relacionados con la industria minera, los cuales en gran medida son insostenibles en el contexto de los desafíos ambientales y sociales que enfrentamos en la actualidad. Este proceso se plantea como una estrategia que se desarrolla desde las instancias de liderazgo hacia todos los niveles, y se basa en una visión que busca soluciones a largo plazo y que implica un cambio radical en la forma en que abordamos la minería. Es importante destacar que avanzar en esta transición requiere de un liderazgo efectivo y un compromiso sólido. Además, es esencial que sea incorporada en la agenda nacional de desarrollo para asegurar su éxito y su alineación con los objetivos de la sociedad.
La implementación de una economía circular en la industria minera peruana representa un potencial considerable para abordar diversos desafíos. Esto incluye la escasez de recursos minerales, la gestión ineficiente de los recursos, la contaminación ambiental y la posibilidad de reducir al mínimo los residuos mineros (Julca, 2022), escenario donde las empresas pueden considerar a los residuos mineros como una oportunidad para recuperar materias primas y generar valor económico en lugar de ser simplemente desechados.
La circularidad de la actividad minera requerirá un ecosistema colaborativo entre todas las partes interesadas y la implementación de las políticas públicas de manera progresiva, promoviendo cambios en la cadena de valor de la minería.
Cabe precisar que, la implicancia de que la economía circular sea definida por autores con distintos enfoques es un claro reflejo de que puede ser aplicada de diferentes maneras. Esto demuestra un punto importante para entender los desafíos que hoy en día observamos y que aún es un tema que está en proceso de construcción y avance. Actualmente, es promovida principalmente a través de la gestión de residuos, pero la problemática de tener una perspectiva enfocada solo a residuos es que se olvida que estamos hablando de un nuevo modelo de negocio y una nueva economía.
Desde el MINEM consideramos que la economía circular propone oportunidades de inclusión, creación de proyectos globales y relocalización de las cadenas de valor en la industria; y para lograr el camino de la sostenibilidad debemos unir fuerzas y cooperar a lo largo y dentro de estas cadenas de valor, abrir la comunicación con las diferentes generaciones y trabajar juntos como sociedad, sector público y privado. La economía circular ya no es más una opción y debe ser aplicada por todos los actores en el país, puesto que el desarrollo sostenible es generar riqueza económica, siendo socialmente inclusivo y ambientalmente responsable.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Economía Circular, impulsando el compromiso con la sostenibilidad.