Desde mi rol en Nestlé, pero también como un ciudadano más, es mi obligación entender cómo viene evolucionando la situación hídrica en Perú y, para ser breve: es alarmante. Sobre todo, considerando los lamentables acontecimientos que vivimos hace unos días en diferentes partes del país con los efectos del ciclón Yaku.
En el Perú, a pesar de contar con gran riqueza hídrica, solo el 41,6% de la población tiene acceso a agua potable. Estamos hablando de que menos de la mitad de los peruanos y peruanas, pueden hacer uso de este vital recurso. Corresponde preocuparnos, sí. Pero, sobre todo, corresponde ocuparnos.
En Nestlé tenemos el propósito de “desarrollar todo el poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida, hoy y para las futuras generaciones”. Este propósito, junto a la estrategia de Creación de Valor Compartido, guía nuestra forma de actuar y no solo pone en manifiesto nuestro firme compromiso por crear y mantener la “calidad de vida”, sino que también nos obliga a trabajar por ella. Entonces, ¿qué hacer frente a las amenazas que ponen en riesgo el acceso a un recurso tan necesario?
Voy a tomarme la licencia de responder ilustrativamente, tomando como referencia lo que hemos venido haciendo desde nuestra iniciativa global “Caring4Water”, considerando como ejemplos los ejes en los que trabajamos:
Debemos empezar por “saber”, para luego “hacer”. Informándonos y actualizándonos sobre la situación, sus causas y consecuencias, nos permite entender mejor la problemática, identificando de manera acertada cuáles son las aristas en las que debemos y podemos actuar, tomando en cuenta nuestro ámbito de acción.
Un ejemplo de lo que es trabajar en nuestro “ámbito de acción”, es lo que venimos ejecutando transversalmente en nuestra operación global. Estructuralmente, venimos modernizando y mejorando nuestras infraestructuras para reducir el impacto de nuestra huella hídrica. Esto incluye un trabajo de diálogo y sensibilización con todos los que formamos parte de Nestlé y con quienes forman parte de nuestras principales zonas de influencia.
Otro eje fundamental es buscar convertirnos en agentes de cambio, debemos “sumar” a prácticas sostenibles en la gestión del agua de manera articulada con el gobierno, ONG´s y otras instituciones. Por ejemplo, junto a la ONG Agua Limpia, venimos liderando el programa “Agua Segura” con el que, hasta la fecha, hemos logrado contribuir al acceso de agua potable en zonas rurales de Cajamarca, mejorando la calidad de vida de más de 1,000 personas, 525 familias y logrando que, el Gobierno Regional de Cajamarca, replique la iniciativa con otros 25 proyectos públicos en la región.
Otro paso que hemos implementado es “diseñar” soluciones junto a otros actores de la sociedad. En la actualidad, tengo el orgullo de llevar la Presidencia del Consejo Directivo de Aquafondo, donde trabajamos en la incidencia de la gestión integral de los recursos hídricos en las cuencas del Perú, en contribuir a la seguridad hídrica de Lima, a través de la promoción de inversiones sostenibles en servicios ecosistémicos y la incidencia en políticas públicas, y en reforzar las alianzas público – privadas, entre otros.
Estas cuatro recomendaciones (saber, hacer, sumar y diseñar) pueden ser llevadas a cabo no solo desde el lado de las empresas privadas o las autoridades; considero que cada uno de nosotros puede encontrar cómo llevarlas a cabo en nuestra vida personal, junto a nuestra familia, amigos, en nuestra comunidad y como sociedad. La idea es que la preocupación se convierta en ocupación.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “Dia Internacional del Agua”.