Viajar nos conecta con el mundo, permitiéndonos descubrir nuevas culturas, fomentar el intercambio de conocimiento y contribuir al desarrollo económico y social. Sin embargo, cada vuelo conlleva un consumo energético significativo. De hecho, según el Foro Económico Mundial, la aviación es responsable de aproximadamente el 3% de las emisiones globales anuales de dióxido de carbono (CO₂), lo que la convierte en uno de los sectores más difíciles de descarbonizar.
En el marco del Día Mundial de la Eficiencia Energética, la industria aérea enfrenta el reto de optimizar su consumo energético mediante soluciones innovadoras que reduzcan su impacto ambiental sin comprometer la seguridad ni la operatividad. Si bien el uso de combustibles sostenibles (SAF) es una solución clave, otras estrategias están cobrando protagonismo en la transformación del sector.
Innovaciones en operaciones terrestres
La eficiencia energética en la aviación no solo depende de lo que ocurre en el aire, sino también, de las operaciones en tierra. Reducir el consumo de combustible durante el rodaje de aeronaves es una de las estrategias clave para disminuir las emisiones.
Para ello, se han desarrollado soluciones como los vehículos de remolque híbridos y eléctricos, que permiten mover los aviones sin necesidad de encender los motores principales. Asimismo, cada vez más aeropuertos están incorporando equipos eléctricos en lugar de los tradicionales a diésel, optimizando así el consumo energético y reduciendo la huella de carbono en las operaciones diarias.
Infraestructura y optimización
Otra medida clave para reducir el consumo de energía es la modernización de instalaciones. Por ejemplo, en los almacenes de carga de aeropuertos estratégicos, la aerolínea de origen neerlandés KLM ha implementado sistemas de iluminación de bajo consumo, logrando una reducción del 80% en costos energéticos y de mantenimiento, lo que ha evitado la emisión de 285 toneladas de CO₂ al año. Este tipo de iniciativas demuestran cómo la optimización de la infraestructura puede generar un impacto positivo tanto en términos ambientales como operativos.
Tecnologías de ecopilotaje
Esta alternativa optimiza el consumo de combustible mediante ajustes en la velocidad, altitud y trayectorias de vuelo sin comprometer la seguridad ni la puntualidad. Estas prácticas incluyen un mejor diseño de rutas y maniobras eficientes de despegue y aterrizaje. Por su parte, KLM ha implementado programas de formación en ecopilotaje, logrando una reducción inmediata en el consumo de combustible. Entre sus estrategias destacan el rodaje con un solo motor y la optimización de trayectorias de vuelo, disminuyendo el uso de combustible entre un 2% y un 3%.
Reducir el impacto ambiental de la aviación exige un enfoque integral que combine tecnología, infraestructura y optimización operativa. La innovación y la eficiencia energética serán clave en la evolución del sector, impulsadas por regulaciones y mayores exigencias de sostenibilidad. La industria debe seguir adoptando soluciones que equilibren conectividad y cuidado del planeta.
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