A lo largo de los 365 días, el Ministerio del Ambiente (MINAM), a través del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), mantiene una constante supervisión de la dinámica atmosférica del país, anticipándose a posibles alteraciones extremas de los factores que podrían incrementar la radiación ultravioleta en el territorio nacional.
Para llevar a cabo esta labor, se dispone de una red de estaciones radiométricas a nivel nacional. Además, se cuenta con el Observatorio de Vigilancia Atmosférica Marcapomacocha (OVA Marcapomacocha) en la región Junín, equipado con un espectrofotómetro de alta potencia que monitorea las variaciones en la cantidad de ozono en el territorio peruano.
“Esta red nacional mide minuto a minuto la radiación ultravioleta. Toda esa información del país llega a los servidores del Senamhi e inmediatamente se procesa para emitir el reporte a las autoridades competentes y a los medios de comunicación”, informó Orlando Ccora, Experto de la citada entidad sectorial.
Alta radiación ultravioleta
Añadió que en ciertas regiones del interior del país, así como en distritos de Lima y Callao, existe la posibilidad de registrar niveles de radiación ultravioleta extremadamente altos, superando los límites establecidos en la escala internacional, según advirtió el especialista.
El especialista destacó que el gas ozono, como segunda capa atmosférica, protege contra la radiación ultravioleta. Su concentración adecuada reduce la radiación, pero la disminución permite un mayor paso de la radiación solar, a lo que se suman factores como las condiciones meteorológicas.
Vientos
Según el monitoreo reciente, se han observado vientos anómalos de este a oeste trasladando ozono hacia el Perú entre diciembre de 2023 y enero de este año, una situación inusual para esta temporada que afecta la concentración de ozono en el territorio. Estos vientos, combinados con la cercanía al Ecuador, la altitud sobre el nivel del mar debido a la presencia de la cordillera de los Andes y el impacto del fenómeno El Niño costero, contribuyen a la disminución de la concentración de ozono.
Esta reducción intensifica la incidencia de radiación ultravioleta, exponiendo a la población a mayores riesgos. Además, el fenómeno El Niño costero aporta más vapor de agua a la atmósfera, incrementando la sensación térmica en la costa.
Sensación térmica
En relación con la percepción térmica de la población, se explicó que esta es subjetiva y depende del radar biológico de cada individuo, siendo generalmente más elevada que la medición de la temperatura en grados Celsius. La sensación térmica varía según la región, distrito o localidad, ya que está influenciada por las condiciones meteorológicas cambiantes de cada área geográfica en diferentes momentos.
Prevención
El especialista recomendó la adopción de medidas preventivas tanto a nivel distrital como en los hogares, haciendo hincapié en la importancia de evitar la contaminación y el uso de sustancias que agotan la capa de ozono.
Es fundamental evitar la sobreexposición a los rayos solares y adoptar medidas de protección, como el uso de bloqueadores solares y permanecer a la sombra, especialmente entre las 9:00 a.m. y las 4:00 p.m. Estas precauciones ayudan a prevenir daños a la salud, como enrojecimiento de la piel, enfermedades oculares e incluso el riesgo de cáncer de piel, especialmente en caso de exposiciones prolongadas y frecuentes a la radiación solar.
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