El mundo sigue evolucionando, pero con él también la necesidad de tener un planeta más sostenible. Frente a ello, las empresas cumplen un rol muy importante en su misión de frenar los efectos del cambio climático y, en cambio, tener un impacto positivo en el medioambiente. Incluso, entre poco se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, que nos recuerda que durante estas 28 ediciones se ha recorrido un largo camino en la lucha contra el cambio climático y su impacto negativo en el planeta.
Desde hace varios años, las empresas y organizaciones han comenzado a involucrarse en este camino, pero ahora se ha convertido en una necesidad. Así, la necesidad de luchar contra el cambio climático está transformando continuamente la forma en que operamos, elaboramos estrategias e innovamos. De hecho, la sostenibilidad está impulsando la innovación en diferentes niveles, como en los productos, pero también en los modelos de negocio y estrategia.
Urge alcanzar las emisiones netas cero para poder revertir la crisis climática. Sin embargo, muchas organizaciones desconocen ciertos significados relacionados a estos compromisos, que son fundamentales para que sean más proactivas y elijan el mejor camino hacia la descarbonización. En esa línea me parece importante conocer los principales términos y su impacto en el medioambiente.
Carbono neutral. La neutralidad de carbono o carbono neutral se enfoca en asegurar que las emisiones netas de dióxido de carbono (CO2), liberadas a la atmósfera por las actividades de una empresa, sean iguales a la misma cantidad de gases que se absorben por distintas vías, dejando un balance cero o huella de carbono cero. Para ello, las empresas deben desarrollar planes de acción, a fin de reducir estos niveles.
Emisiones netas cero o cero neto (net-zero). Esto será posible cuando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causadas por el hombre, se reduzcan a un mínimo nivel absoluto. Además, cualquier emisión restante debe equilibrarse con una absorción antropogénica igual para que no se libere a la atmósfera. Esta absorción puede lograrse a través de soluciones tecnológicas (captura y almacenamiento directo del aire) o mediante soluciones naturales, como la restauración del suelo o una mejor gestión forestal.
Si bien ambos términos pueden sonar similares, los resultados ambientales y su enfoque en la acción climática son diferentes. Como tal, las emisiones netas cero son aún más relevantes, ya que también lo recomiendan marcos líderes como la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (Science Based Targets Initiative, SBTi, por sus siglas en inglés) y como un llamado a la acción en el Acuerdo de París.
Esto se debe a que las empresas que se comprometen a las emisiones netas cero prometen reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de Alcance 1, 2 y 3, a casi cero. Después de eso (y solo entonces), intentar neutralizar las emisiones residuales verdaderamente inevitables.
El Alcance 1 son emisiones que están directamente controladas por la entidad empresarial, como el consumo de combustible o las emisiones de la flota. El Alcance 2 se genera indirectamente, a partir de la electricidad comprada. Finalmente, el Alcance 3 son las emisiones indirectas restantes, como viajes de negocio, gestión de residuos y las que son ascendentes y descendentes en la cadena de valor comercial.
Para gestionar cada alcance, se debe tener en cuenta que la electricidad renovable solo se puede utilizar para las emisiones de alcance 2. Para los tipos 1 y 3, existe una variedad más amplia de enfoques, que incluyen prácticas de eficiencia energética, reducciones de consumo, compensaciones de carbono, circularidad, cambio de combustible / biocombustibles, compra de vehículos eléctricos, tecnologías innovadoras, participación en la cadena de valor y muchas más.
El cero neto es, por lo tanto, una hoja de ruta para evitar las emisiones asociadas con un aumento de la temperatura de 1.5 ° C o más, que describe la rapidez con la que las empresas deben descarbonizarse, qué rangos de emisiones deben incluirse y qué mecanismos de mercado son aceptables para abordar las emisiones inevitables.
Un movimiento universal hacia el cero neto pondría rápidamente al mundo en camino para evitar los peores impactos del cambio climático. Para ello se necesitan empresas de impacto, empresas que se aseguren de incorporar a todas las partes interesadas de su ecosistema para alcanzar metas de largo y mediano plazo, en este compromiso de lograr las cero emisiones netas.
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