Hasta la actualidad, en el Perú era sumamente difícil el reciclaje de envolturas de galletas, papas fritas y otros tipos de snacks, conocidas técnicamente como ‘plásticos flexibles’. La mayoría de estas termina como basura, contaminando el medio ambiente.
Como una alternativa a este problema, la primera planta de transformación de plásticos complejos se inauguró en Villa El Salvador en Lima. Esto fue posible gracias al consorcio entre Sinba y Desafío Ambiente, ambas empresas socioambientales que buscan reaprovechar los residuos al máximo. La planta tiene una capacidad de transformar una tonelada de plásticos al día, el equivalente a 300 mil envolturas de galletas, aproximadamente.
El proyecto pudo salir adelante gracias a Nestlé, Grupo Vida Sol, Amcor, Latitud R y Field, los cuales apostaron por la idea y forman parte del grupo inversor, que comparte la misma preocupación por el medio ambiente, refuerzan sus compromisos con el desarrollo de la infraestructura del reciclaje en el Perú, sobre todo de los plásticos flexibles que no tenían una solución viable hasta el momento.
La propuesta consiste en la transformación de plásticos difíciles de reciclar en un material llamado ‘madera plástica’. Se trata de un elemento altamente resistente a condiciones climáticas, sostenible y versátil, cumpliendo con todos los usos que se le puede dar a la madera tradicional, desde la construcción hasta decoración y muebles. Su gran atributo es que evita la deforestación y surge como alternativa para que miles de residuos encuentren una segunda vida y no se conviertan en basura.
Para Pipo Reiser, cofundador y gerente general de Sinba, este proyecto es un hito en la transición hacia la economía circular en el Perú: “Nos embarcamos en esta aventura porque nuestro sueño es cocrear un mundo sin basura, empezando por nuestro país. Y encontrar un aliado como Desafío Ambiente, que lleva 8 años desarrollando e implementando esta tecnología, ha sido clave para acercarnos a nuestro propósito”.
Anita Farfán, cofundadora y directora de Desafío Ambiente, habla sobre qué les motivó a expandirse a nuestro país: “Creemos firmemente que nuestra experiencia será un gran apoyo para este camino, que llevará a Perú a convertirse en un país más sustentable y junto con Chile, empujar para que otros países se sumen en la construcción de un continente y mundo más limpio y justo”, sostiene.
La inauguración de esta planta demuestra el poder de la sinergia entre la empresa privada para lucha contra la crisis de basura que vive el mundo y el Perú. La comunidad está invitada a conocer más sobre el proyecto, aportar materiales plásticos y participar en futuras iniciativas y proyectos a realizarse con este material versátil y duradero.
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