La carencia de servicios básicos como agua potable y saneamiento sigue siendo un desafío considerable en áreas rurales de nuestro país. La región de Cajamarca, en particular, se encuentra en una situación crítica, con solo un 2% de la población que dispone de agua clorada, según informes de la Dirección Ejecutiva de Saneamiento Ambiental (DESA) de la DIRESA Cajamarca.
Para abordar esta problemática, el 5 de diciembre se inauguró una nueva infraestructura de agua y saneamiento en el centro poblado de Maraypampa, Cajamarca. Esta iniciativa brinda acceso a agua 100% potable, segura y de calidad para 160 personas de más de 40 familias, mejorando significativamente la calidad de vida de los habitantes de la zona.
El proyecto, completado en seis meses, se llevó a cabo gracias a una alianza con el Gobierno Regional de Cajamarca, Gobierno Local de Tumbadén, la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento (JASS), la ONG Agualimpia y Nestlé Perú. Su objetivo es mejorar la infraestructura para el tratamiento y distribución de agua en la comunidad cajamarquina. Importante destacar que la propia comunidad de Maraypampa gestionará este sistema a través de su Junta Administradora de Servicios de Agua y Saneamiento (JASS).
“Esta iniciativa se realiza con el compromiso y la colaboración entre el sector público, la sociedad civil y el sector privado, lo cual demuestra la importancia de abordar estos desafíos de manera integral y sostenible, buscando un enfoque de efecto multiplicador”, comentó Javier León, Gerente de Comunicaciones Marketing y Asuntos Corporativos de Nestlé Perú. “Este proyecto es el tercer “Agua Segura” que Nestlé desarrolla junto a AgualimpiaLimpia, en la región y contamos con el compromiso del Gobierno Regional de Cajamarca para seguir amplificándolo”, agregó el ejecutivo.
En 2019, se ejecutó el inicial proyecto en el centro poblado de Polloc, localizado en el distrito de La Encañada (Cajamarca), seguido por el proyecto en el poblado de Tantachual Alto (Cajamarca) en 2022. Ambos proyectos tienen como objetivo mejorar los sistemas de agua potable de las comunidades y fortalecer las habilidades locales para que puedan gestionar de forma autónoma los servicios de agua y saneamiento.
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