La integración de los componentes ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) se está convirtiendo en una consideración crítica en todas las industrias y esto se debe en gran parte a la creciente conciencia y demanda por parte de los consumidores, inversionistas y reguladores para que las empresas sean responsables social y ambientalmente.
Asimismo, las empresas que destacan en la gestión de los componentes ESG pueden atraer el talento de las generaciones más jóvenes que se preocupan por el planeta y ganar una ventaja competitiva en el mercado. En Perú, cada vez más son los líderes y organizaciones con roles activos que buscan hacer más sostenibles sus operaciones, reducir emisiones de CO2 e implementar campañas de reciclaje, compostaje, entre otros.
Para citar un ejemplo, hace algunas semanas el S&P Dow Jones Indices y la Bolsa de Valores de Lima presentaron el Índice ESG, que emplea una metodología reconocida globalmente para medir el desempeño en materia de sostenibilidad de las empresas peruanas del índice S&P/BVL Perú General. En este, fueron 14 las empresas locales que han sido listadas, no solo por cotizar en el mercado bursátil, sino también por cumplir un estándar global en términos de buenas prácticas de sostenibilidad, señal de que vamos por buen camino.
En el caso de las acciones vinculadas al frente ambiental y en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible implantados por la ONU en el año 2015, el reciclaje ha sido una de las prácticas con mayor arraigo localmente y es que la correcta gestión de los residuos y la implementación de programas de reciclaje trae beneficios inmediatos al medio ambiente, la optimización de los procesos y ahorro de recursos.
Esto es especialmente importante cuando se trata de la industria pesquera, donde las redes de pesca desechadas causan graves problemas en el ecosistema marino. Las redes perdidas o abandonadas, conocidas como “redes fantasmas”, pueden seguir pescando indefinidamente, lo que resulta en la captura y muerte de animales marinos como tortugas, aves y mamíferos marinos. Además, pueden tardar cientos de años en descomponerse, generando un impacto negativo duradero.
Al reciclar las redes de pesca se reduce el impacto ambiental negativo, se fomenta la economía circular y se genera un círculo virtuoso en torno a la generación de nuevos productos y empleos en dicha industria.
En Hayduk tenemos un fuerte compromiso con el ecosistema en el que nos desarrollamos. Esto se refleja en una gestión responsable de nuestras operaciones y, puntualmente, en dos programas de reciclaje que trabajamos junto a Bureo y Aniquem. El primero, llamado Net Positiva Perú, a través del cual reciclaremos más de 100 mil kilos de redes de pesca anuales, generando ingresos que se destinarán exclusivamente a proyectos comunitarios y nos permitirá eliminar más de 150 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en el mismo periodo de tiempo. Y, en segundo lugar, al formar parte del programa “Reciclar Para Ayudar” de la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (Aniquem), a través del cual sumamos a la recolección de 7 mil kilos de material reciclable, que a la postre es destinado a brindar terapias físicas, por un año, a pacientes sobrevivientes de quemaduras.
Un sólido compromiso en favor del reciclaje y el cuidado ambiental, y contar con un equipo humano enfocado en hacerlo tangible dejó de ser secundario y pasó a ser un eje clave para las operaciones de las compañías. Sigamos impulsando este tipo de iniciativas.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje en Latinoamérica.