Desde hace décadas, el parque automotor de Lima –dominado por combustibles altamente nocivos y contaminantes, como el diésel y la gasolina– viene causando serios estragos en las condiciones del aire que respiramos en la capital peruana y afectando a nuestra salud.
Esta problemática tiene una solución, y en el contexto de celebración del día mundial del clima, la cito de forma directa: Necesitamos cambiar la matriz energética de la industria automotriz hacia combustibles más limpios como el gas natural, una energía limpia, económica y que yace en nuestro territorio, por lo que no necesita importarse.
Tal es el perjuicio que el parque automotor causa en nuestro ambiente, que en el año 2021, el índice Air Quality Life Index (AQLI) consideró a Lima como la ciudad de América Latina con la peor calidad de aire. El reporte, informa que este problema se origina principalmente por la emisión de material particulado de los vehículos.
Nuestra capital posee un parque automotor de 1.7 millones de vehículos, de los cuales 1 millón (el 59% del total) usa como fuente de energía a la gasolina, uno de los combustibles fósiles más nocivos del planeta en comparación con el gas natural, como lo confirman distintos estándares. Uno de ellos es el Índice de Nocividad de Combustibles (INC), que emite en Ministerio del Ambiente, el cual ubica al gas natural como el combustible fósil menos nocivo del país, con un puntaje de 1, muy por debajo del diésel y de los gasoholes, que presentan un INC que fluctúa entre los 10 y los 30 puntos.
Por lo expuesto, queda claro que es nuestro parque automotor en donde tenemos que ejecutar los principales cambios si deseamos que nuestra salud y la calidad de aire realmente mejoren.
Efectos del gas natural
El uso de Gas Natural ya viene generando efectos positivos a nivel ambiental, en la calidad del aire y de la salud pública. Según un estudio de Libélula, en un escenario full térmico (que considera que la energía aportada por el gas natural fue obtenida sólo de fuentes térmicas, sin la existencia de centrales térmicas adicionales desde el 2005), el empleo de dicho recurso evitó la emisión de 107.5 millones de toneladas de CO2eq en el periodo 2005-2022, cifra equivalente al carbono contenido en 101.8 mil hectáreas de bosque de selva baja, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
El efecto positivo también se evidencia en nuestra salud, ya que se evitó la emisión de gases contaminantes por un equivalente a 1.2 millones de toneladas SO2, 778 mil toneladas NOx y 175 mil toneladas PM2.5; mejorando la calidad del aire en Lima y Callao. En este campo, refiere el estudio, el empleo del gas natural y su consecuente contribución a la calidad atmosférica evitaron 5,228 muertes prematuras debido a enfermedades obstructivas crónicas, cáncer al pulmón, enfermedades isquémicas del corazón y enfermedades cerebrovasculares. Además, se evitaron 2,498 hospitalizaciones debido a enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas, y 2.03 millones de casos de asma en la población expuesta.
Estos resultados –además– han tenido un impacto económico positivo en el sector salud. En productividad, permitió el ahorro de S/ 1,145 millones; y en gastos hospitalarios se ahorraron S/ 770 millones entre el 2005 y el 2022.
Por estos motivos, se hace necesario el impulso de planes que permitan masificar el gas natural para que llegue cada vez a más peruanos, así como el trabajo coordinado entre el sector público y el privado. En Cálidda, por ejemplo, tenemos el Programa de Emisiones GEI, a través del cual elaboramos un ranking de municipalidades distritales que identifica el grado de disminución de CO2 de cada una gracias al uso de Gas Natural. Al mismo tiempo, les entregamos un reconocimiento que muestra el registro de su reducción con el objetivo de que lleven un control anual y contribuya en la generación de consciencia para involucrarse más en la reducción de emisiones gracias al uso de una energía limpia como el gas natural.
Actualmente son 48 municipalidades a las que apoyamos con esta información, las que solamente en un año han logrado disminuir más de 564 mil toneladas de CO2, siendo la municipalidad de Lurigancho la que encabezó esta lista con una mayor cifra equivalente a 70,901 de toneladas que han dejado de emitir, en segundo lugar, San Juan de Lurigancho con 38,024 toneladas y en tercero, la municipalidad de Santa Anita con una reducción de 17,719 toneladas de CO2. Estas y otras medidas son trascendentales para impulsar el uso de un combustible limpio, que contribuya a mejorar nuestro ambiente y la salud de todos los peruanos. El momento de tomar acción es hoy, y qué mejor que con un combustible limpio y peruano.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “Dia Mundial del Clima”