Mediante el pago por servicios ambientales dentro de la propia cadena de producción, Natura logra relacionarse con las comunidades integrando tres frentes: compra de insumos, distribución de beneficios por el acceso al conocimiento tradicional y, desde ahora, conservación forestal.
Esta estrategia refuerza una idea potente: es económicamente factible conciliar actividades productivas y el mantenimiento de la flora en pie -ya que cuanto menor sea la tala registrada, mayor será el retorno financiero de las comunidades por los servicios ambientales.
La iniciativa forma parte del Programa Carbono Neutro, que desde hace más de diez años busca inventariar, reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero en toda su cadena de producción.
Carbono circular
Está ubicada en una de las regiones brasileñas con mayor presión por desmonte, producto de la ganadería y de la explotación maderera. Por esa razón, en 2013 fue elegida para el proyecto piloto, que sólo en tres años logró proteger una superficie forestal equivalente a 190 campos de fútbol, y evitó la emisión de 104 mil toneladas de gas carbónico en la atmósfera.
“Los lotes y propiedades rurales que forman parte del Proyecto RECA contribuyen a la conservación forestal, consolidan la economía local y evitan la apertura de áreas de selva nativa para la explotación ganadera e industrial”, explica Keyvan Macedo, gerente de sustentabilidad de Natura.
La iniciativa crea un ciclo virtuoso, porque proporciona ingresos extra para los proveedores de los ingredientes y aumenta la resiliencia de la cadena. “Tenemos como objetivo replicar el modelo en otras comunidades de la Amazonia”, complementa Keyvan.
A partir de este año, y durante los próximos 30 años, el monitoreo de las áreas y el pago se realizarán anualmente.
El objetivo es que, a lo largo de ese período, la tasa de desmonte en el área caiga a cero y que pueda replicarse el mismo modelo en otras regiones de la Amazonia que viven la misma amenaza.