A pesar de un amplio consenso entre grandes y medianas organizaciones sobre la creciente amenaza planteada por una gran variedad de riesgos emergentes, la gran mayoría sigue ignorando y restándole importancia al posible impacto de estos riesgos en sus compañías, según el Informe de Resiliencia al Riesgo que publicó Marsh el pasado 25 de Mayo.
Con base en una encuesta global de 1000 organizaciones, el informe destaca grandes diferencias en la percepción de las amenazas planteadas por la pandemia, los ciberataques, las tecnologías emergentes, el cambio climático/medioambiental, los problemas sociales y de gobernanza (ESG), los cambios regulatorios y los riesgos geopolíticos y en la respuesta a ellos. Se descubrió que solo el 25 % de las organizaciones cuenta con un proceso formal o integral para evaluar y modelar el impacto de estos riesgos en sus compañías, a pesar de considerar los riesgos como amenazas en aumento. El informe concluye que esto deja vulnerables a las organizaciones a interrupciones inmediatas y a largo plazo de sus operaciones, activos y flujos de ingresos.
Los resultados de la encuesta también indicaron que el 80% no alinea sus procesos de gestión del riesgo y compra de seguros con las estrategias de crecimiento a largo plazo. Los hallazgos sugieren que las compañías se centran principalmente en amenazas a corto plazo por sobre aquellas que se perciben como de alta gravedad, pero con una frecuencia más baja.
Este enfoque a corto plazo se manifiesta en la medida en que las organizaciones informan que sus clientes podrían verse más afectados por cinco de los seis riesgos emergentes. A pesar de esto, las organizaciones no están implementando procesos efectivos para adaptarse, aprender ni evitar las interrupciones a esta audiencia crítica, lo que sugiere que este pensamiento a corto plazo podría tener consecuencias financieras significativas.
A medida que continúan surgiendo nuevos desafíos y el panorama de riesgos se vuelve cada vez más complejo, el informe identifica la ventaja competitiva que pueden tener las compañías resilientes al riesgo. Según el informe, una organización resiliente al riesgo puede anticipar el riesgo, minimizar las pérdidas y reanudar rápidamente el negocio como de costumbre luego de un evento, obteniendo una ventaja competitiva sobre sus pares menos preparados a través del aprovechamiento de oportunidades de crecimiento en momentos de estrés operativo o financiero.
“La crisis del COVID-19, el cierre temporal del canal de Suez, los ataques cibernéticos importantes y otros eventos recientes han expuesto la fragilidad de los sistemas globales y las graves deficiencias en la preparación de las organizaciones para manejar las crisis importantes”, dijo John Doyle, Presidente y Director Ejecutivo de Marsh. “Como explica nuestro informe, las estrategias eficaces para desarrollar negocios más resilientes no solo facilitarán una recuperación más rápida, sino también se convertirán cada vez más en una ventaja competitiva”.
“Los hallazgos de nuestra encuesta demuestran que se debe realizar más trabajo cuando se trata de anticipar y modelar los riesgos emergentes clave a medida que se desarrollan”, agregó el Sr. Doyle. “La resiliencia es una capacidad que las organizaciones deben priorizar”.
De acuerdo con el Informe de Resiliencia al Riesgo de Marsh, el camino hacia la resiliencia implica cuatro pasos y comportamientos comunes:
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Anticipar el riesgo
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Conectar el riesgo con la estrategia del negocio
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Evitar brechas en la percepción de la preparación
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Medir datos relevantes.
Según el informe de Marsh, en conjunto, estos pasos pueden transformar la gestión del riesgo y apoyar a las organizaciones en ser más resilientes.