Hoy en día, es cada vez más frecuente encontrarnos con las siglas ESG (Environmental, Social, and Corporate Governance), a través de distintos medios, formatos y canales de comunicación. Es un tema que ha despertado el interés no solo del mundo corporativo, sino en general, de distintas organizaciones no gubernamentales, academia y sociedad civil.
En efecto, vemos que las empresas multinacionales más importantes, con sucursales en el Perú, las empresas peruanas que cotizan en Bolsa de Valores de Lima, los bancos, así como otras grandes, medianas y pequeñas empresas, tienen equipos especializados en su gestión trabajando en estrategias cada vez más sofisticadas, con indicadores de gestión por cada uno de los aspectos ESG que hayan sido considerado relevantes en su propuesta.
Asimismo, vemos que hay un interés creciente por las generaciones jóvenes en aprender acerca del mundo ESG y de encontrar oportunidades laborales vinculadas a esta materia. Del mismo modo, los centros educativos ofrecen una variedad de cursos, programas y maestrías sumamente valiosas para que las personas puedan capacitarse en distintas materias vinculadas.
En este sentido, sí podemos hablar de una revolución ESG, que ha venido para quedarse.
Sin embargo, como todo proceso evolutivo, el cambio no siempre es fácil y más aún teniendo en cuenta que el concepto ESG, no solo implica trabajar en temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo, sino que también implica que estas variables formen parte del “core” del negocio y que tanto los directores, como los más altos ejecutivos de la empresa, compartan esta visión y estén dispuestos a incorporar dichas variables como aspectos centrales de la compañía, de manera que estén integrados en su estrategia de negocio.
Frente a esto surgen distintos retos y oportunidades que se deben evaluar en función a cada empresa, proyecto o iniciativa que se tenga. Para esto, nosotros en Camposol, consideramos fundamental, que se realice un diagnóstico en materia ESG y, además, un análisis de la materialidad para poder establecer una línea base a partir de la cual se pueda empezar a trabajar y se puedan establecer indicadores que puedan medir la gestión ESG.
De hecho, para nosotros ha sido sumamente importante realizar un diagnóstico o due diligence de nuestra gestión, realizado por una empresa especializada en temas ESG, a fin de poder identificar aquellos aspectos que ya se tienen implementados, así como aquellos en los que se necesita seguir trabajando.
Sobre la base de los resultados de este diagnóstico, hemos podido elaborar la Estrategia ESG de la compañía en un corto plazo, en donde continuaremos con ciertas prácticas que ya tenemos implementadas, incorporando indicadores de gestión y desarrollando ciertas actividades que tenemos pendientes. Nuestra meta es poder establecer indicadores reales y medibles de gestión, a partir de una línea base previamente establecida.
Sabemos que el camino es largo y que se trata de una revolución constante y continua. Sin embargo, lo importante es estar actualizados y preparados para todo lo que se viene en ESG y seguir estando a la altura de lo que nos exigen nuestros distintos stakeholders.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Revolución ASG.