En los últimos años, la gestión de la responsabilidad social empresarial (RSE) ha pasado de ser un concepto opcional para convertirse en un requisito esencial para la evolución del sector de la construcción en el país. Hoy más que nunca, no podemos pensar en sostenibilidad y competitividad a largo plazo, sin considerar en esa ecuación, la identificación y despliegue de iniciativas con impacto positivo en la calidad de vida de las personas alrededor del sector de la construcción, y prioritariamente, en las zonas de influencia en las que operamos como empresa.
En un país en el que la industria de la construcción representa el 5.6% del Índice de Producción Nacional, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) a agosto del 2024, actuar de manera responsable desde las perspectivas social, ambiental y de gobernanza, debe estar en la agenda central de quienes formamos parte de dicho sector.
De esa manera, desde el sector, no solo nos enfocamos en seguir contribuyendo con el progreso de nuestro país, a través del ofrecimiento de un portafolio, cada vez más diverso, de materiales y soluciones de infraestructura y vivienda, sino que expandimos nuestro impacto hacia la atención, en coordinación con el sector público, de necesidades de salud, educación, y desarrollo local, entre otras, que permitan a las comunidades en las que operamos, soñar con un futuro más próspero.
Una buena forma de ser socialmente responsable es promoviendo la educación, pilar fundamental en cualquier estrategia de RSE, dado su potencial para crear oportunidades, reducir las desigualdades y habilitar una sociedad cada vez mejor. Un caso en concreto de nuestra gestión es el programa educativo Explora y Aprende, el cual ofrece una experiencia de aprendizaje realmente distinta, mediante el juego, fomentando el desarrollo de habilidades y reforzando los conocimientos alineados al Currículo Nacional para niños y niñas de primaria, en nuestras áreas de influencia. A través de esta iniciativa, a la fecha, hemos logrado impactar en más de 10,000 alumnos de 22 colegios en Piura, Sechura, Tembladera, Pacasmayo y Rioja.
Iniciativas que parten desde el rubro de la construcción demuestran que es posible combinar el crecimiento de la industria con el desarrollo social, sentando las bases para un progreso inclusivo y un mejor futuro. El verdadero beneficio y crecimiento integral se alcanzará cuando todas las empresas demos un paso más allá de nuestro core business o de nuestro centro de negocio, diseñando programas e iniciativas que aborden las necesidades de las comunidades, con las que podamos contribuir desde el sector privado. Sólo de esta manera, seremos capaces de crear un impacto duradero y positivo a largo plazo.
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