Desde la implementación de Pacto Mundial en el Perú en el 2003, ¿cuál ha sido su evolución hasta la actualidad y cuáles han sido sus principales logros y resultados?
Ha sido muy positiva. Un centenar de organizaciones han suscrito el Pacto y participan activamente tanto nacional como internacionalmente en la promoción e implementación de sus diez principios en temas de derechos humanos, medio ambiente, derechos laborales y anti-corrupción. Las empresas se han vuelto más competitivas, más confiables y más innovadoras gracias a una fuerte ciudadanía corporativa. El clima laboral se mejora mucho así como el brand equity con los clientes e inversionistas.
Las empresas han avanzado mucho. La CONFIEP en su calidad de Secretaría Técnica del Pacto Mundial de Naciones Unidas y Perú 2021 han sido líderes de la promoción y aplicación concreta de la responsabilidad social en las empresas formales peruanas. Hace 20 años los directorios de las empresas estaban orientados solamente a temas financiero-operativos o como defenderse de las barbaridades que hacían los gobiernos.
Ahora, el tema de la Responsabilidad Social y ambiental está muy presente en la agenda de los directorios. Hoy la RS está en el ADN estratégico de las empresas y es definitivamente una fuente de ventaja competitiva. Es imposible sobrevivir en el mundo CNN de hoy sin una adecuada ciudadanía corporativa. Por eso creo que tenemos que seguir promoviendo una cultura del éxito y de creación de empresas formales que se insertan de manera armoniosa en el tejido social y medioambiental. Hay que profundizar un modelo de libre mercado con un apellido: Responsabilidad Social y ambiental.
¿Cuál es su situación actual y sus actuales prioridades y objetivos?
Queremos que más empresas se adhieran, en particular la pequeña y mediana empresa. A través de alianzas con Perú 2021, IPAE y Fundes iniciaremos programas para incorporar a la cadena de valor de las empresas grandes formales a todas aquellas pymes que adopten estos principios. Esto les permitirá crecer, formalizarse, crear trabajo formal decente y adquirir plena ciudadanía corporativa. Queremos también incorporar dentro de la visión estratégica temas como el cambio climático, los bosques y la transición hacia una economía baja en carbono.
Esto promoverá la innovación en todas las áreas de la empresa y contribuirá a un planeta más sano, sostenible y próspero.
¿Cuál es la situación actual de la RSE en Perú y cómo ha evolucionado en los últimos años?
El Perú tiene un claro liderazgo en este tema. Nuestro sector formal es muy sofisticado y ha adoptado hace muchos años una visión de Responsabilidad Social y ambiental. Vemos que los problemas laborales y ambientales están concentrados en el sector estatal e informal de la economía. Hemos desarrollado un know how muy apreciado que atrae académicos e investigadores de otros países para ver lo que los peruanos formales hemos hecho en estos temas. Somos reconocidos como los que tenemos las ‘mejores prácticas’. Hay varios casos peruanos en Harvard y un sinnúmero de reconocimientos internacionales a empresas peruanas. Basta visitar el portal de RSE de Perú 2021 para ver una muestra de 400 proyectos sociales de empresas privadas peruanas en temas de educación, salud, infraestructura y fortalecimiento de capacidades para darnos una idea del avance y logros en ciudadanía corporativa.
¿Cuáles son las principales dificultades que tiene el desarrollo de la RSE en el país? ¿Y sus fortalezas?
El principal escollo es la informalidad. Hoy tenemos grado de inversión, sensatez macroeconómica, pero el gran elefante en el clóset, como dice el ministro de la Producción, Piero Ghezzi, es la informalidad.
En Perú 2021 pensamos que este es un obstáculo muy importante y estamos promoviendo que las empresas formales inicien programas para ayudar a formalizar a sus cadenas de proveedores y clientes. Para esto también se necesita decisión y apoyo político del estado para fortalecer la interdicción y mejoramiento de la tramitología y regulación ineficiente que traba en lugar de promover la actividad formal. Diría que en el sector formal las cosas van muy bien pero debemos tener el coraje político como sociedad para enfrentar a esa gran barrera a nuestra competitividad que es la informalidad. La buena noticia es que la globalización del Perú y su inserción en mecanismos supranacionales como los TLC’s y tratados internacionales incentivan la adopción de las mejoras prácticas laborales, sociales y ambientales.
¿Cómo es el perfil del empresario responsable peruano?
Es un empresario formal que ante la gran presión competitiva de la globalización se ha modernizado mucho y es consciente que la única forma de ser competitivo y rentable es insertarse armoniosamente en el tejido social y medio ambiental. De no hacerlo es un ‘empresaurio’ que se extinguirá muy pronto. Hoy hablamos de empresarios y colaboradores que trabajan codo a codo para generar bienestar, crear riqueza y trabajo formal decente para los peruanos. Gracias a las reformas políticas y económicas que promueven la libertad, hemos reducido la pobreza de 54% a 24% en los últimos años. Los peruanos ya no tenemos vergüenza de tener éxito, y usar ese éxito para trascender y ayudar a los que todavía no tienen oportunidades.
¿Cuáles son los retos a la hora de seguir desarrollando la RSE en el Perú?
El mayor reto es vencer la informalidad. Adicionalmente, promover fuertemente la educación e información sobre la responsabilidad social compartida. Las ONG y el Estado deben ser también social y ambientalmente responsables.
Los contenidos académicos de todas las profesiones deben incluir cómo perfeccionar nuestros modelos económicos, políticos y sociales para que se inserten armoniosamente en el tejido social y medio ambiental.
¿Cuál es su visión sobre el papel del empresariado en el desarrollo del país?
El sector empresarial quiere tener un rol dinámico, constructivo y democrático en la definición de la agenda de desarrollo nacional. Nuestra participación es fundamental para asegurar una visión compartida en beneficio de todos los peruanos. Los países que son primer mundo, han logrado generar un entorno de confianza y diálogo franco y constructivo, no exento de discrepancias sanas entre el sector público y privado.
Existe la creencia de que la RSE es solo cosa de las grandes compañías. ¿Cómo convencer de lo contrario?
Mediante la educación e información adecuada a las pymes. La única manera de integrarse a las cadenas de valor globales es respetando los principios de RSE. De esta manera podrán crecer y ser proveedores de grandes empresas y crecer con ellas. Ya no es solamente un tema moral y ético, es de competitividad y supervivencia empresarial.
¿Cree que las grandes empresas deberían liderar el cambio en las pymes y los proveedores para que se sumen a la RSE?
Definitivamente. Ayudaría mucho si todas las empresas formales grandes definen claramente objetivos en este aspecto. En Perú 2021 estamos planeando lanzar una nueva categoría de premio de RSE a la empresa que ha ayudado a formalizar más su cadena de proveedores y clientes. En la actualidad hay muchas empresas que ya lo están haciendo. Por otro lado se necesita también el apoyo del Estado en el diseño de una mejor regulación laboral y ambiental que sin dejar de proteger los derechos humanos y proteger la ecología, no se convierta en un obstáculo de tramitología absurda y kafkiana para las empresas e instituciones formales del país.
¿Cómo implica la Red del Pacto Mundial al resto de grupos de interés en el desarrollo de la RSE?
Muchas veces el primer contacto de una empresa con una ONG se ha dado gracias al Pacto Mundial. Se van superando estereotipos y se empieza a trabajar conjuntamente en la solución de problemas sociales. Por otro lado, el sistema de Naciones Unidas es muy rico en conocimiento de tendencias demográficas, sociales, educacionales y políticas enriqueciendo notablemente la visión de la empresa haciéndola más integral y conectada con la realidad no sólo del país sino del planeta. Nuestro objetivo es seguir trabajando para crear riqueza y trabajo decente en un contexto de Responsabilidad Social y ambiental. Ha sido muy importante descubrir que no es una utopía el trabajo concertado con las ONG y el estado. Es posible hacerlo eficientemente.
Muchos son los países latinoamericanos que poco a poco están sumándose al desarrollo de la RSE. ¿Todavía queda mucho camino por recorrer en ese sentido?
Vamos avanzando, en particular en los países miembros de la Alianza del Pacífico, quienes por estar insertados en mecanismos supranacionales como los TLC’s tenemos que adoptar de manera inexorable estándares laborales y ambientales de primer mundo, que es la única forma de acceder a mercados desarrollados y de atraer inversionistas. Cabe resaltar, dentro de la región, la extraordinaria labor que el Centro Regional de Apoyo al Pacto Mundial de Naciones Unidas, con sede en Colombia, está haciendo para coordinar esfuerzos y estandarizar metodologías de reporte y medición de la RSE. Hay que reconocer también el valioso aporte de España a estos procesos de adopción acelerada de una sana corporativa en la región.