En el mundo del reciclaje textil, Novafiber se consolidó como un referente en Centroamérica. La empresa, filial de Megapaca, ha desarrollado un modelo que transforma residuos textiles en productos reutilizables para las industrias de la colchonería y la construcción. Jean-Philippe Bernard, Gerente General de Novafiber, compartió con Corresponsables los logros y desafíos de este proyecto, que busca darle una segunda vida a toneladas de desperdicio textil.
100% reciclable
Novafiber surgió como un proyecto de Megapaca con el objetivo de reciclar y darle una segunda vida a la ropa que ya no tenía utilidad después de su proceso comercial, reduciendo drásticamente el impacto ambiental que genera la industria de la moda del primer mundo.
Actualmente, NovaFiber recicla entre 1.000 y 1.500 toneladas mensuales de ropa usada y desperdicio textil postindustrial. «Este material no va a los vertederos ni se quema», afirmó Bernard, destacando el impacto positivo de la empresa en la reducción de residuos y la huella de carbono. Además, subrayó la necesidad de una transición global hacia un modelo de reciclaje más eficiente porque “el desperdicio textil se puede reciclar al 100%”.
Novafiber transforma el desperdicio textil en fibra, que luego se utiliza en productos como colchones y aislantes térmicos y sonoros. “Nuestro material sustituye a la esponja, que es altamente contaminante, y estamos eliminando la fibra de vidrio que es cancerígena”, detalló Bernard. También mencionó el uso de pegamentos reciclados, lo que cierra el ciclo de sostenibilidad de sus productos.
En los primeros cinco años, la empresa recicló y transformó más de 40 mil toneladas de ropa y retazos textiles; además de expandirse a toda Centroamérica, con la mirada puesta en la elaboración de nuevos productos, como por ejemplo las colchonetas para mascotas o material para la siembra de césped. “La idea es seguir creciendo, seguir siendo número uno en Latinoamérica y, por qué no, en el mundo del reciclaje”, puntualizó.
Impacto social
Novafiber también genera impacto social al brindar empleo y capacitación en comunidades cercanas a su planta en Escuintla, Guatemala. “Trabajamos con el alcalde de San Vicente y ofrecemos formación a los trabajadores”, indicó Bernard, así como también exploran iniciativas de recolección comunitaria de textiles.
En cuanto a la industria de la moda, Bernard considera que las grandes marcas deben comprometerse más con la sostenibilidad: «Deben entender que pueden fabricar sin generar desperdicio y que la ropa que vendan también puede reciclarse al 100%».
Para Bernard, el llamado a la acción es claro: «La población sigue creciendo y con ella la demanda de ropa. No todo puede ir a la basura. Debemos reciclar». Novafiber representa una solución concreta para la problemática del desperdicio textil, demostrando que la economía circular es viable y necesaria. “Nuestro lema es reciclar, renovando el mundo, una fibra a la vez”, puntualizó.