Recordemos que entre los años 2009 y 2013 se dio un crecimiento económico acumulado de 32,4% (tasa promedio anual de 5,8%), sin embargo la pobreza se mantuvo en los mismos rangos en 761 distritos y aumentó en 232 (INEI). Esta es la paradoja del crecimiento que no se ha traducido en desarrollo pese al mejoramiento económico.
Por otra parte en el campo laboral si bien el empleo formal en empresas privadas formales de 10 a más trabajadores creció 10.2% entre enero-octubre 2011 y enero-octubre 2015, impulsado por el dinamismo de la inversión, lo que permitió incrementar el empleo formal y con ello mejorar la estabilidad de los ingresos y las condiciones laborales, una reciente investigación sobre Trabajo Decente en América Latina, de la Red Latinoamericana de Investigaciones sobre Compañías Multinacionales (RedLat), muestra que el mercado laboral peruano es uno de los peores de la región en cuanto al cumplimiento de la remuneración mínima legal (S/. 850.00), el 50% de los trabajadores recibe menos del salario mínimo.
A ello hay que agregar los altos niveles de informalidad (supera el 65%). Las preguntas que surgen entonces son: ¿De qué vale el crecimiento si no se traduce en desarrollo?, ¿Cómo revertir esta situación? ¿Cuál es el papel que deben de cumplir el Estado y el sector empresarial y la sociedad civil en general? ¿Cómo la filosofía y enfoque de la Responsabilidad Social puede ayudar a obtener mejores re
sultados hacia el logro de mejores niveles de vida que se vean reflejados en el cumplimiento de los ODM? Se ha iniciado una nueva etapa en la vida democrática del país con la elección del Presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien enfrenta varios desafíos, entre ellos: reducir la pobreza, mejorar los niveles de inclusión social y equidad de género, promover el empleo y salarios y sueldos dignos; reducir la informalidad, etc.
Ya ha encargado a la Ministra C. Aljovín, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, se asegure que las personas que han salido de la pobreza, no vuelvan a ese estado. También se ha comprometido reducir todo lo que se pueda la informalidad, otorgando incentivos tributarios a la pequeña y mediana empresa, promover la ley de igualdad de salarios para el hombre y la mujer, que tengan la misma función, etc. La tarea es ardua y el gobierno solo, difícilmente podrá lograrlo sino es con el concurso del sector empresarial y la sociedad civil.
Es aquí que la Responsabilidad Social surge como el factor estratégico para amalgamar los esfuerzos de todos los actores sociales a fin de romper la paradoja de crecimiento sin desarrollo y lograr un país más inclusivo, más justo para todos. Los esfuerzos en acciones, programas y proyectos de Responsabilidad Social de los últimos años del sector empresarial y sociedad civil han sido bastante importantes, y me dan la confianza que con la apertura del nuevo gobierno podemos trabajar de manera conjunta y alcanzar mejores niveles de vida para todos los peruanos.