Una de las preguntas más comunes sobre la inversión responsable es si responde únicamente a una cuestión ideológica o si el hecho de incorporar criterios adicionales a los tradicionales (i.e., solo financieros) a las decisiones de inversión, realmente mejora la rentabilidad.
Si bien es difícil concluir que existe una correlación positiva entre inversiones responsables y su desempeño financiero, sí hay una clara evidencia de que obviar factores ESG en la evaluación de las carteras de inversión puede traer un impacto negativo sobre su rentabilidad. Recientes escándalos en el ámbito ESG son un claro ejemplo de la incapacidad de los modelos de valorización tradicionales de capturar riesgos a los cuales están expuestas las empresas hoy en día. Mejor aún, resalta los beneficios de evaluar a las empresas desde la perspectiva ESG, capaz de identificar riesgos no tradicionales, de marcada relevancia.
El escándalo contable de Toshiba sacó a relucir la importancia de un buen gobierno corporativo. La empresa infló deliberadamente sus ganancias operacionales en $1,220 millones de dólares durante siete años de irregularidades contables. Dicho escándalo resultó en una caída importante del valor de la empresa e incluso llevó a la renuncia de sus principales ejecutivos. Por otro lado, los escándalos de Volkswagen o de la minera brasilera Vale resaltan la importancia de incorporar factores ambientales dentro del monitoreo diario de las empresas, lo cual hubiese podido prevenir las grandes pérdidas ocasionadas. A nivel global se observa una clara tendencia a incor
porar factores ESG en las decisiones de inversión. Una reciente encuesta del CFA Institute mostró que el 73% de los inversionistas a nivel global incluyen los mencionados factores en su evaluación, con el objetivo de manejar el riesgo de sus portafolios adecuadamente. A su vez, un 26% de los consultados adopta un rol activo.
En Prima AFP consideramos que estas buenas prácticas pueden influir positivamente en el desempeño financiero de largo plazo de las empresas. Por ejemplo, las prácticas de buen gobierno corporativo conllevan a una mejor transparencia en la toma de decisiones y mejor manejo de riesgos. Asimismo, incrementa la eficiencia al reducir los costos de capital. Por esta razón, y de manera consistente con nuestro rol fiduciario, procuramos incorporar factores ESG en el monitoreo continuo de las empresas, su análisis y valorización, y finalmente en la recomendación de inversión.
Como uno de los principales inversionistas institucionales en Perú, tenemos la responsabilidad de fomentar que las compañías en las cuales invertimos adopten políticas y prácticas que mejoren su desempeño financiero corporativo y a la vez, generen un impacto social y ambiental beneficioso para el país. Creemos que el rol activo es un mejor acercamiento en lugar de simplemente descartar inversiones que puedan presentar un desempeño menor al esperado en factores ESG: agrega valor al desempeño financiero de largo plazo, y va en línea con nuestro objetivo de maximizar el retorno ajustado por riesgo.