A nivel mundial, hemos logrado un gran avance en la construcción de una arquitectura de gobernanza internacional: las propias directrices de la OCDE, la Declaración Tripartita de la OIT o los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, entre otros. Debemos buscar que estas diversas iniciativas no compitan entre sí, sino que entren en un proceso de ‘convergencia’.
Lo que también estamos viendo hoy en día es el énfasis a la hora de aplicar dichas normas. Así, por ejemplo, vemos cómo se han integrado las directrices de la OCDE en tratados internacionales de inversión que han tenido lugar aquí y la presentación del informe de resultados de los Principios Rectores de la ONU.
De hecho, a nivel europeo, hemos adoptado importantes medidas sobre información no financiera, un requisito para 6.000 grandes empresas europeas que deben informar sobre sus impactos sociales, económicos y ambientales. Si todo esto se aplica de buena fe, será un paso adelante importante.
Éste será el caso también en lo referente a la legislación a la transparencia de las industrias extractivas sobre los minerales confl ictivos. Estamos cerca de llegar a un acuerdo sobre los cambios en los derechos de los accionistas que supone mayor compromiso de las empresas con los inversores sobre los temas de responsabilidad.
Curiosamente, para demostrar el compromiso político de Europa, Juncker, presidente de la Comisión Europea, defi ne la reciente declaración del G-7 sobre las cadenas de suministro responsable como una cuestión de urgencia que debería incluirse en las reglas de comercio.
De hecho, lo que destacaría de la declaración del G7 y de la Legislación Europea es el reconocimiento de que los conceptos anteriormente considerados polémicos ahora son parte de la corriente mayoritaria: el hecho de que las empresas tienen responsabilidades en su cadena de suministro, que debe tener un enfoque de múltiples stakeholders y que deben seguir las comprobaciones debidas.
Aún más, acojo con satisfacción el nuevo énfasis de los países del G7 sobre la prevención que proviene de anteriores enseñanzas sobre la fábrica de Rana Plaza en Bangladesh. Al más alto nivel, ha sido un privilegio trabajar con Kofi Annan, que utilizó su puesto para fundar el Pacto Mundial, así como su Alteza Real el Príncipe de Gales, que utiliza su posición para difundir el mensaje de apoyo al concepto de la Sostenibilidad.
Ambos utilizan su alto poder de convocatoria para atraer el interés y el compromiso que de otro modo sería imposible. Muchos de nosotros admiramos el liderazgo de John Ruggie y cómo usó el poder del pensamiento y de discusión para superar obstáculos. En Bangladesh, muchos de nosotros también hemos tenido el privilegio de conocer a Muhammad Yunus, que protagonizó la revolución del microcrédito. Tuvo un visión: pequeños cambios pueden hacer mucho y fomentó el concepto de emprendimiento social.