El reporting es para la mayoría de compañías una oportunidad no solo para dar a conocer sus hitos y logros sino también una herramienta clave en su compromiso de transparencia y rendición de cuentas con sus grupos de interés. MútuaTerrassa hace años que reporta su actividad y el 7º Informe de Compromiso Social de la entidad ha sido reconocido por la Fundación Avedis Donabedian con el Premio a la mejor Información sobre Actuaciones en Responsabilidad Social en Instituciones Sanitarias. Entrevistamos con Maria Emilia Gil, adjunta a la dirección general de MútuaTerrassa.
¿En qué momento decidís desarrollar una estrategia de Responsabilidad Social?
En 2006 decidimos establecer unos valores transversales a toda la organización. Dos años más tarde, en 2008, comenzamos a trabajar todo el aspecto de la identidad corporativa con el objetivo de integrar los valores. Para ello, identificamos que el aspecto del compromiso social podría ser un buen elemento para unir a toda la organización. Más tarde, propuse que la adhesión a Global Compact por su contexto transversal e internacional. El objetivo era transmitir y hacer de nuestros valores la identidad de nuestros trabajadores y organización.
¿Cuáles son los pilares de vuestra estrategia de RSC y cómo se desarrolló?
En primer lugar constituimos el Comité Mutua y Sociedad y más tarde nos adherimos a Global Compact. Quiero recalcar que la estrategia de RSC está aprobada por la junta, por lo que la RSC en nuestra organización va de arriba hacia abajo. Respecto a los ejes, a diferencia de una fábrica, o un banco, nosotros somos una entidad transversal que pone el foco en la persona. Por ello, tenemos cuatro ejes fundamentales: eje personas (pacientes, ciudadanos y profesionales), conocimiento (entidad universitaria y ciudadanía), entorno (medio ambiente), gestión (transparencia, profesionalidad, ética, relación con proveedores, etc)
¿Qué canales o herramientas tenéis para comunicar la RSC?
Comunicamos nuestra RSC a través del informe y otros canales como página web, boletines, etc. Llevamos siete años haciendo el informe y lo difundimos a todos los grupos de interés. Además, se celebra una jornada interna para presentarlo y se muestran ejemplos de algunas iniciativas. De esta forma, el informe se vive desde la casa, logrando transversalidad. Este año lo hemos abierto al público.
Por otro lado, hay iniciativas que por ellas solas tienen vida. Una de ellas es incorporar la campaña de prevención del cáncer a los propios profesionales. Este proyecto tiene su propia campaña, seguimiento y vitalidad. Para ello, se hacen posters, conferencias, entrevistas, etc.
¿Qué diferencia veis entre los informes de antes y los de ahora?
Inicialmente vimos lo que hacíamos en casa y lo recogimos. Como entidad sanitaria hay muchas iniciativas que se hacen por normativa, pero queríamos ir más allá. Este fue el primer paso. Después reconducimos los proyectos, dándoles más peso.
Por último, los ordenamos, centramos objetivos y medimos el impacto. A modo de ejemplo, puedo comentarte un proyecto de atención primaria dirigido a jóvenes que se quedan embarazadas. Las acompañamos desde el principio, las ayudamos y, tras el parto, seguimos dándoles apoyo. Nosotros no hacemos RSC para salir en la foto, nuestras 17 iniciativas tienen coherencia y medida.
¿Cuáles son los beneficios del informe?
Cuando organizas tu casa, tienes la oportunidad de observar los fallos y mejorar la gestión. El informe es otra pata más de la gestión.
¿Cuál es la situación de la RSC en el ámbito sanitario?
Las instituciones sanitarias hacemos más RSC que cualquier otra empresa. Dejando a un lado la connotación social que tiene la sanidad, el componente humano de nuestros profesionales es una cualidad innata que pocos sectores tienen.
Es cierto que la RSC en el ámbito sanitario ha pasado desapercibida, pues no se nos exigía nada por parte de las administraciones o índices bursátiles ya que no pertenecemos a ellos, por lo tanto, no lo comunicábamos. Con la nueva normativa europea y el contexto sociocultural la situación ha cambiado.
Otro elemento importante es que somos km 0. Nuestro impacto en el entorno es muy alto, por lo tanto, la implicación con la sociedad y el medio ambiente tiene que ser recíproca.
¿Qué iniciativas o buenas prácticas destacaríais?
Hay una iniciativa que nació en Italia y de la cual nos sentimos muy orgullosos. Consiste en promover la lectura infantil en las áreas de pediatría a través de nuestras enfermeras, incentivando que los niños empiecen a leer. El proyecto lleva 5 años e incluso hacemos una entrega de diplomas.
Por otra parte, editamos libros para fomentar hábitos saludables en los niños. Estos libros se entregan en escuelas y eventos como el Día de Sant Jordi, etc. Otra iniciativa a destacar es el proyecto Intergeneración, que acerca a personas mayores y jóvenes. Surgió de un comedor social al que iban niños en exclusión social a comer, pensamos que era interesante que se relacionasen con el entorno de la residencia donde estaba el comedor y surgió este proyecto.
¿De cara a este año que proyectos o iniciativas tenéis pensado realizar?
Tenemos un proyecto muy interesante en el ámbito de la economía circular. La tela de algodón normal que se utiliza en los entornos quirúrgicos recoge residuos que pueden transmitir enfermedades, por lo que suelen tirarse. Hemos decidido eliminar la tela de algodón y experimentar con otros tejidos. Nos pusimos en contacto con productores locales y hemos desarrollado una nano-tela que no tiene este problema; se lava, no se tira, y genera empleo local. No obstante, cuesta introducirlo en otros hospitales debido a su alto precio. Otra línea de actuación está enfocada en la inclusión de personas con discapacidad en nuestros centros. Actualmente son 67, pero queremos aumentar la cifra.
Por último, nos gustaría que el compromiso social penetrase dentro de la casa. Los 4.000 profesionales que conformamos MútuaTerrassa tenemos la obligación de transmitir los valores de la organización.